Costurero de la Verdad para la Paz en la vereda Los Ángeles, Pasto: Conmemoración de dos años de la entrega del informe de la Comisión de la Verdad
- Milena Katherine Pérez Espinosa
- 8 jul 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 25 jul 2024
El punto de encuentro fue en Pasto, donde un grupo de personas provenientes de distintos lugares de Nariño se unió. Nos subimos a la flota con destino a la vereda Los Ángeles, en el corregimiento de Santa Bárbara. Un viaje de 20 kilómetros que nos llevó unos 40 minutos. Este corregimiento, con su historia de resiliencia y lucha, ha sido un símbolo de esperanza y esfuerzo comunitario en medio de los retos del conflicto armado
Al llegar, fuimos recibidos con tinto hecho en candela y arepitas en el hogar de Samuel y Oneida. El patio florecido y la terraza, rodeada de las montañas, nos ofrecieron el escenario perfecto para comenzar nuestro encuentro de la palabra.
Este encuentro, "El Costurero de la Verdad para la Paz", es la realización de un sueño compartido por muchas personas, materializado gracias a la incansable labor de Margoth Botina, oriunda del lugar. Margoth ha dedicado su vida, junto a su familia (Fundación Caminos de Paz y Esperanza), a la construcción de paz con la comunidad. Con el abrazo constante de organizaciones como Ruta Pacífica de Las Mujeres y Conpaz, y en apoyo metodológico de AndaRiegaLab y Reconectando, se logró tejer este espacio de reflexión.
Desde el colegio, donde recogimos nuestras colchonetas, observamos un atardecer de colores cálidos, presagio de una noche de escucha profunda. Nos acomodamos y, con el cuerpo relajado, comenzamos con juego a honrar las verdades individuales y colectivas que atraviesan nuestros sentires y cuerpos. La juventud de la Escuela de Gestores Sociales Para una Comunidad de Paz fue fundamental para facilitar el diálogo intergeneracional y fortalecer nuestra conexión con la construcción de paz.
Costurero de la Verdad para la Paz: Mi cuerpo es la verdad
Comenzamos con un altar de Gratitud, donde cada persona colocó un elemento significativo que la conectaba con la vida y la construcción de paz. A partir de este espacio, empezamos a tejer la palabra. Después de la cena, enfocamos en la lectura y el diálogo, practicando una escucha profunda y respetuosa de las experiencias compartidas, mientras aprendíamos a hacer punto cadeneta con nuestras profes.
Durante el encuentro, la conversación se entrelazó con los objetivos planteados:
Conmemoración: Celebrar "Dos años construyendo un futuro de verdad" utilizando la metodología del "Costurero de la Verdad", con la participación de lideresas de diversos municipios de Nariño.
Conversación: Tejer palabras en una discusión sobre el pasado, presente y futuro del TOMO 7: "Mi Cuerpo es la Verdad - Violencia Basada en Género", a través de las Tulpas de Paz.
Encuentro de bienestar: Desarrollar un espacio para fortalecer lazos de confianza tanto individuales como colectivos.
Reflexión: Analizar las recomendaciones del legado con un enfoque de género, preguntándonos: ¿Qué ha sucedido en estos dos años?
Tejido simbólico: Crear un tejido que simbolice la fortaleza de las mujeres, facilitando un aprendizaje colectivo donde las tejedoras compartan sus saberes.
“El fueguito acompañó la conversación permanente. En diferentes colchonetas, arropadas con cobijas y sombreros de lana, tomando aguapanela con canela y tejiendo, se nos dieron las 2 am”.
Así terminó el primer día.
El segundo día comenzó con una caminata guiada por las pobladoras hacia el río Opongoi, Sendero de los Vientos, a una hora de distancia. Durante el trayecto, las sabedoras compartieron más historias de su vida, sus conocimientos sobre plantas, y sus heridas, dolores y esperanzas. Doña Clarita, con su palabra fuerte y vital, nos hizo un llamado contundente a cuidar la vida y el agua. Su energía nos contagiaba mientras caminaba la montaña, saltaba de piedra en piedra buscando piedritas de recuerdo. -Me regaló una para recordar el lugar y a ella-
En el río, realizamos un ritual de conexión con nuestros dolores y de perdón, inspirado en “El Día Grande” del perdón, la reconciliación y la paz del pueblo indígena kamsá en Sibundoy, Putumayo. Cantamos, y en silencio y con abrazos, fuimos cerrando el momento.
De regreso, cada uno a su ritmo, como en el proceso de paz, íbamos abriendo aún más la palabra para compartir las experiencias. A medida que subíamos la montaña por la trocha, Clarita nos iba indicando el camino con un palito, como guardiana. Comimos uchuvas y fresas hasta llegar y finalizar con la siembra en la huerta de los colectivos Mujeres Emprendedoras de Paz y Mujeres Unidas en la Chagra Sembrando Paz, que es circular como el churo cósmico, un símbolo ancestral que representa la conexión entre el universo y la vida cotidiana, simbolizando el ciclo continuo y la interrelación de todos los seres.
La sociedad civil sigue construyendo desde los territorios, con la sabiduría territorial, la sabiduría de las mujeres y de la Pachamama, la paz que quieren vivir dignamente, donde prime el respeto a la vida y lleguen al territorio acciones que sigan promoviendo la educación e incidencia para mejorar las condiciones de vida.
A pesar de lo que está sucediendo actualmente en el sur del departamento de Nariño, en Valle del Cauca, Arauca, Cauca, Antioquia, Choco, Putumayo, Caquetá a nuestros hermanos/as. La paz se sigue construyendo desde los territorios con la sabiduría de la tierra, de las mujeres y de sociedad civil organizada, porque creemos en una vida digna y en el respeto a la vida. Nuestro compromiso es claro: continuar trabajando juntos, aprendiendo y enseñando, para que la educación y la incidencia transformen nuestras comunidades y podamos vivir dignamente.
Agradecemos la invitación de ser parte de este tejido a Margoth Botina
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